Del 26 al 28 de enero se celebró en la Fira de Barcelona la cuarta edición del salón bianual de moda urbana y contemporánea The Brandery (Chances for changes). Era la primera vez que acudía a esta feria así que no puedo compararla con ediciones anteriores (tendré que esperar a la edición de verano), sin embargo, confieso que me he sentido un tanto defraudada por la experiencia y que después del despliegue de publicidad y marketing por toda la ciudad y medios de comunicación, me esperaba un espacio muchísimo más creativo, artístico y dinámico del que me encontré. 

Si nos fijamos en la acotación del titulo de esta edición de invierno, “chances for changes” (oportunidades para cambios), uno espera encontrar verdaderamente nuevas vías de expresión a través de los diseños de las marcas o algún tipo de innovación en tejidos, distintos cortes, ideas frescas, etc... O eso es lo que creía yo, repito que era la primera vez que me acercaba a un espacio de este tipo, y que mi interés por la feria se debe más a la curiosidad que a un conocimiento o atracción por el mundo de la moda y su industria. Por lo tanto, y en mi humilde opinión, yo diría que no he visto nada que no hubiera visto, vestido o imaginado antes, de modo que la publicidad que se ha hecho sobre el salón y su importancia a la hora de establecer tendencias y nuevos estilos me resulta bastante excesiva y fuera de lugar puesto que no encontré nada de eso en su interior. 

De nuevo descubro con cierto temor que la imagen idolatrada de la Barcelona cuna del diseño, puntera y creativa, se vende una vez más a la idea que tiene de sí misma y al marketing puro y duro. Es más, de entre todas las marcas que tenían un espacio propio en el evento había muy pocas que verdaderamente estuvieran presentado algo interesante e innovador. De hecho, la mayoría de ellas corresponden a conocidas empresas que han pagado a golpe de talón su presencia en el evento para que, de alguna manera, se asocie su marca con la modernidad y las últimas tendencias. Para ser más concretos, cuando te encuentras expositores dedicados a firmas tales como Salsa Jeans (etiqueta presente por otro lado en uno de los grandes almacenes más vanguardistas y urbanos que existen en este país y parte de Portugal, El Corte Inglés) cabe preguntarse en qué parte del camino se perdió la idea original de creatividad e innovación que se promulgaba a bombo y platillo en medios de comunicación, publicidad diversa y también a lo largo y ancho del Passeig de Gràcia días atrás. 



Lo cierto es que da pena ver como iniciativas interesantes que podrían dar a conocer nuevos talentos y firmas, tanto en nuestro mercado como en el mercado internacional, se quedan en un mero escaparate que podría encontrarse fácilmente en L’Illa (de hecho creo que he visto más creatividad en algunos de los escaparates de este centro comercial que en el salón en sí mismo). Es más, basta darse una vuelta por el barrio del Born para descubrir verdaderos talentos con propuestas más actuales e interesantes, que podrían crear muchísima más tendencia que las expuestas en The Brandery, por no hablar de gente con bastante más personalidad y arte vistiendo que alguno de los modernos que han paseado palmito y facha por el salón predicando savoir-fair y mucho divinismo... en fin... yo no sé, pero me da la impresión de que nos movemos como ovejas en un escenario plenamente clasificado donde se define lo cool o lo no cool porque tal o cual marca aparece representada en el evento fashion de turno.

En su defensa, debo decir que el diseño de la pasarela y también alguno de los desfiles me ha gustado bastante, como también he disfrutado del hecho de poder hablar con algunos profesionales del sector que se han mostrado bastante receptivos a la hora de contestar preguntas y dar información sobre sus respectivas marcas, estilo o imagen. Por ejemplo, tuve la oportunidad de hablar con uno de los representantes de Vogue Italia Accessories que no dudó en explicar cómo se diseñaba la revista, cómo se escogían las imágenes, formato o maquetación dependiendo del cliente que se estuviera tratando, así como cuáles eran las directrices generales de la edición y en qué se diferenciaba de las ediciones de otros países. No sé si tanta amabilidad se debía al hecho de creer que hablaba con una profesional del mundillo o a que iba a vender algo, pero en fin, debido a mis intereses personales le agredezco profundamente el gesto. No he podido acudir sin embargo a ninguna de las conferencias y mesas redondas que se realizaban en The Laundry (un espacio diseñado para debatir las principales novedades y líneas de trabajo donde participan coolhunters, expertos y hasta bloggers del sector) así que no sé si allí se exponían verdaderamente auténticas nociones de moda o algún tipo de información interesante sobre innovaciones dentro de la industria o todo lo contrario; tendré que probar en otra oportunidad y salir de dudas. 

Por lo demás, he leído en algún artículo que The Brandery ha recibido un 12% más de visitantes que en la edición del año pasado (no lo dudo, hasta yo he ido), y que la organización estaba muy satisfecha con los expositores y los resultados de las ventas. Si ellos lo dicen, debe ser verdad, pero a mí me parece que el salón y la idea principal del mismo puede resumirse en un “Mucho ruido y pocas nueces” o más bien, “mucho dinero y pocas luces”...en fin, las tendencias de Primavera-Verano 2012 para julio, entonces se verá si se generan “changes” o si las tendencias van a seguir siendo más de lo mismo. Yo por si acaso seguiré dando vueltas por el Born a ver si me inspiro...